Saturday 24 January 2009

RUSIA: La lucha por la defensa de los derechos humanos en un país marcado por la gran diversidad de etnias

Recientemente fueron asesinados en Moscú S. Markelov, abogado defensor de los derechos humanos y especializado en los crímenes cometidos en Chechenia, y una periodista del periódico Novaya Gazeta. Una vez más se ha hecho patente la impunidad reinante en el país, la falta de libertad de expresión, la dominación de la violencia existente en la sociedad y el resurgimiento en estos últimos años de, un nacionalismo xenófobo que, en aras de la estabilidad social y el equilibrio del pueblo ruso, tiende a silenciar otros problemas como el paro, la pobreza y la carestía en la que vive gran parte de la población.
Durante los últimos años se ha recrudecido en Rusia la violación de los derechos humanos, especialmente entre ciudadanos caucásicos y otros ciudadanos llegados a Moscú de repúblicas ex soviéticas de Asia Central (Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán). Y no sólo se violan los derechos humanos de estas minorías sino que se persiguen aquellas personas que luchan por la salvaguarda de los valores democráticos.
Rusia es una sociedad mestiza donde conviven 150 nacionalidades. De los 145 millones de habitantes que tiene el país, el 20 por ciento no son étnicamente rusos, y más de 20 millones son musulmanes. Incluso el 80 por ciento de los considerados «rusos» no lo son al 100%. Según declaraciones de Svetlana Gannúshkina, miembro de la organización para la defensa de los derechos humanos «Memorial» la mezcla de razas en Rusia es enorme.
Rusia claramente es un país mestizo y los ataque racistas se han convertido en un fenómeno cotidiano, en el que el gobierno se mueve entre dos puntos: por un lado alienta el nacionalismo contra ciudadanos chechenos, georgios…para desviar la atención popular de problemas reales como el paro y la pobreza de gran parte de su población, por otro lado teme que esa intolerancia acabe perjudicando al mismo poder. Según explica el exdiputado republicano de la Duma Vladímir Rizhkov: “consciente e inconscientemente, las autoridades fomentan un nacionalismo racista y beligerante, sin reparar en las graves consecuencias que acarrea”.
Los terroristas y delincuentes de estas minorías étnicas son un porcentaje mínimo en el país. Pero también es una realidad, que éstas actuan gracias a la corrupción existente, ante la que el gobierno desvia la vista para continuar trabajando por su intereses personales.
Los sentimientos «patrióticos» que el Kremlin fomenta se han expresado de muy distintas maneras. La Unión Nacional Rusa, cuyo símbolo es una especie de esvástica con puntas en forma de machete, apela a la superioridad de la raza eslava. Un credo parecido profesa la llamada Unión Eslava. La consigna que les une es ”Rusia para los rusos”, aunque después cada uno la entiende a su manera.
Ante estas situaciones la justicia no actúa y las organizaciones para la defensa de los derechos humanos han denunciado reiteradas veces la violación de los derechos humanos por brotes xenófobos. Estas campañas racistas fomentadas a veces por medios oficiales, han tenido otros efectos secundarios. Policías corruptos han hecho su agosto extorsionando a ciudadanos del Cáucaso, a quienes les quitan el permiso de residencia para convertirlos en ilegales. Algunas librerías han retirado de sus estantes las obras de escritores georgianos. Estas y otras medidas muestran la situación de una gran potencia habitada por una gran variedad de pueblos con sus modus vivendi propio.
Raquel Moreno.
Riga. Letonia
26.01.09

Wednesday 14 January 2009

COMENZANDO A VIVIR LA DEMOCRACIA

Por primera vez en Letonia, desde que se proclamó república independiente de la extinta URSS en 1991, podemos hablar realmente de una participación activa de sus ciudadanos, que no de sus gobernantes, en los acontecimientos actuales del país.
La tarde del 13 de enero de 2009, más de 10 000 ciudadanos letones se concentraron delante de la Saeima (Parlamento letón) convocados por el nuevo partido político ¨Cita politika¨ (Otra política). La mayoría de personas, venidas desde otros pueblos y ciudades con pancartas: ¨Letonia no solo es Riga¨, ¨Godmanis, en Letonia también existe el campo¨...
Los motivos de esta protesta masiva: todos relacionados directamente con la corrupción y mala gestión del gobierno letón durante muchos años, un trabajo redireccionado siempre al lucro personal.
El país no sólo sufre la crisis económica mundial que afecta en mayor o menor medida a todos los países, sino que está en quiebra aunque oficialmente se tienda a acallarlo. Aumento del impuesto PVN (IVA) del 18% al 21%, recortes drásticos de personal en el sector público, recortes de un 15% del salario mensual de sus empleados, fusión de ministerios (un país con una población aproximada de 2 300 000 cuenta con 17 ministerios) e instituciones con fines nada afines, desaparición de facultades universitarias, nacionalización del segundo banco del país para evitar su quiebra, vacaciones forzadas sin sueldo de los funcionarios públicos porque no tienen presupuesto para pagar los sueldos, etc.
Pero, debemos estar contentos porque nuestro pueblo por fin ha salido a la calle y, no precisamente de forma pacífica.
Atrás queda ¨confiemos, o más bien, obedezcamos a papá Estado que nos los da todo¨. La democracia no es como una persona adulta que se sitúa en su medio y vive. La democracia es como un bebé que tiene que aprender a andar poco a poco, y siempre esos pasos se los enseña y se los impulsa sus progenitores. En nuestro caso, el pueblo letón ha madurado y ha crecido en el sufrimiento, en el silencio, soñando durante más de 50 años ver un día los valores democráticos proyectados en la tierras bálticas. Quizá a Letonia no le ha acompañado en sus primeros pasos sus progenitores (cabezas pocopensantes, más preocupados de su enriquecimiento personal), pero como hombres bálticos curtidos por un pasado histórico silenciado y poco conocido en Europa Occidental empiezan a caminar, después de repensar que: ¨la unión hace la fuerza¨.


Rakel Moreno